EL DIVORCIO


Hace años, viví el divorcio de mis padres, y creo que para la mayoría de las personas que hemos atravesado por esta situación, la ruptura de un matrimonio, sin importar la edad o posición familiar, es un momento de la vida, por el cual nadie desearía pasar, tanto para los cónyuges, como para los hijos es un proceso muy difícil y doloroso.

En mi caso, llevaba toda mi vida al lado de mis padres, y aunque no voy a entrar en muchos detalles, durante mi niñez y parte de mi adolescencia, vi el ejemplo de un hogar unido y feliz, a medida que yo iba creciendo, empecé a entender  que no todo era color de rosa, habían situaciones complicadas, peleas, problemas como en la mayoría de las familias, pero yo pensaba que como mis padres se amaban iban a durar juntos toda su vida, tal cual como lo habían jurado ante el altar, pero por malas decisiones, después de 21 años de casados, los problemas se salieron de control, ya no había amor, sino dolor, ya no había  un hogar, sino una casa donde vivían tres extraños, yo no deseaba llegar a casa, cada día que pasaba ellos se herían más con sus acciones y palabras, habían muchas cosas que en ese entonces todavía no entendía, mi madre estaba destrozada, y yo sentía rabia porque ellos no se daban cuenta como se desmoronaba nuestro hogar.

Al principio yo no opinaba, ni me metía en nada, pero con el tiempo, también explote y todo se empeoro, ya no era una pelea de dos, sino de tres. Y aunque en el fondo guardaba la esperanza que todo iba a volver a ser como antes, llego un momento en el que solo deseaba que terminaran las discusiones y problemas que esa situación trajo a casa, todo mundo se dio cuenta, vecinos, amigos y familiares, y entonces  le empecé a pedir a Dios, que me diera un trabajo, he iluminara a mi mamá para que se fuera conmigo de ese infierno que estábamos viviendo. No puedo negar que fue una decisión muy fuerte y dolorosa, mi mamá y yo nos fuimos de la casa y empezamos una nueva vida. Al mes conseguí trabajo, y aunque ahí no terminaron los problemas y depresiones, se que fue una decisión acertada, y después de algunos años de mis padres estar separados, inevitablemente llego el divorcio.

Dependiendo las circunstancias, los problemas, valores, madurez, los bienes materiales e hijos que tengan en la relación matrimonial, se hace más fácil o difícil la decisión de un divorcio en caso de ser necesario. Todo depende de las personas que lo viven, en ocasiones es una decisión apresurada, porque buscan un matrimonio perfecto, y en otros casos es una decisión más que necesaria.

Todas las personas que pasan por crisis matrimoniales, deben analizar muy bien antes de tomar la decisión de un divorcio, si todavía tienen fuerzas para luchar por ese ser amado, hágalo. Pídale a Dios ayuda para afrontar la situación y actuar correctamente. Porque muchas veces lo que creemos puede ser una buena decisión termina arruinando nuestra vida y aún peor, las vidas de nuestros seres amados.

Por Cony Alarcón
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