FUSIÓN CORPORAL EN EL MATRIMONIO

“En el matrimonio existe una comunidad corporal, una fusión corporal que supera la fusión o comunión sexual. Creer que el matrimonio se basa en el puro instinto sexual es grave y peligroso.El matrimonio es una institución social y como todas ellas, tiene un carácter polivalente. Sobre ella operan varios tipos de fuerzas, algunas que podríamos llamar sobre individuales o trans-psíquicas”. (Juan José Lopez Ibor)

Actualmente, el matrimonio monógamo muestra en la sociedad cierta inestabilidad, pero tal inestabilidad no procede de sus planos instintivos, si no de los personales. Cada día es más frecuente ver que dentro de los matrimonios prevalecen las decisiones personales sobre las decisiones mutuas. Tal es el caso del divorcio: por lo general, es uno de los esposos quien toma la decisión de abandonar el matrimonio. Lo que ocurre es que ha variado la perspectiva en la que se sitúan las personas dentro del matrimonio, y por ello, tienden a trasladar esas posiciones al plano netamente sexual, en busca de acciones que resulten más estimulantes para mantener vivo el matrimonio.

Sin embargo, cuando el matrimonio se sustenta sobre el pedestal de los encuentros sexuales, entra en un proceso de erotización que, a través del tiempo lo degrada y lo desnaturaliza, ya que en la medida que el sexo se ausente por diversos motivos, entonces el matrimonio y todos sus elementos también estarán ausentes de cada uno de los esposos.

La cultura antropológica nos recuerda que el matrimonio nació como una institución social de protección y formación para los nuevos individuos de la sociedad –niños –, y no sólo con fines afectivos. A través del tiempo esos dos seres “protectores y formadores” crearon relaciones sociales, y se integraron como elemento de las estructuras sociales, evolucionando, innovando y reinventándose, para llegar hasta lo que hoy en día conocemos.  Y dicho proceso aún no termina…

Por Daniel Gómez
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