PRIMER MANDAMIENTO DE UNA PAREJA FELIZ
Aquí te traemos nuestra primera entrega de los 10 mandamientos para una
pareja feliz. Esperamos que sean de utilidad para todos ustedes.
Hoy en día, los medios de comunicación son masivos, nos damos cuenta al instante de lo que pasa al otro lado del mundo. Podemos comunicarnos con personas que están a cientos de kilómetros de distancia. Tenemos tecnologías para llevar información cada vez más rápido, pero ahora lo que necesitamos es crear un sistema que nos permita comunicarnos mejor con las personas que están a nuestro lado. Y si no nos expresamos con las personas que tenemos a nuestro alrededor, mucho menos lo vamos hacer con alguien que no vemos, debido a que las cosas del mundo nos tienen tan ocupados, hemos perdido la comunicación con nuestra fuente y por ende estamos en busca de las cosas exteriores, pensando que estas nos darán felicidad, en vez de preocuparnos por lo realmente importantes; tener una buena comunicación con nuestro creador, con nuestra pareja y con nuestros seres amados, llámense hijos, hermanos, padres, vecinos, amigos o familiares.
Volvimos al noviazgo de sofá, pero no porque los suegros están al
pendiente para hacer el escándalo si se le toca una mano a la dama;
volvimos al noviazgo de sofá porque no se toman de las manos, no se miran
con ternura, no se dicen palabras bonitas; los dos están sentados uno al lado
del otro, “pegados” de la pantalla del celular. La ternura y el amor que se
expresan, lo hacen a través del mundo virtual, cuando escriben “te amo” en un
correo electrónico o en las redes sociales. ¿Por qué no decirlo si la persona
está al lado, y puede disfrutar de la alegría que una bonita palabra provoca?
Esto no ocurre solo en los jóvenes. Los adultos se han dejado llevar por
esta oleada de tecnología mal utilizada, que roba tiempo para compartir y ser
felices. Ya no es extraño ver a una pareja de recién casados en el que uno ve
televisión y el otro chatea en el celular, dejan pasar de lado la magia que puede producir compartir tiempo con la persona que amas. Si hablan lo hacen de cosas banales,
de la noticia amarillista del periódico, de la novela de las 7:00, del vecino
infiel, de la primicia del barrio, de la ciudad, e incluso del país; de la vida
de todos los demás, pero nada de la vida de cada uno. Queremos compartir la
vida con alguien, pero sin comunicarnos. No nos dedicamos a conocernos, a
aprender uno del otro, a compartir conocimientos. Las palabras deben ser
conectores del alma y de los sentimientos, y porque no, del conocimiento.
Hablar más a menudo con la pareja mejora varios aspectos. Una buena
comunicación permite:
- Saber los gustos y temas de interés de tu pareja.
- Generar
más confianza.
- Compartir
los sueños y comprometerse a lograrlos.
- Aprender
a compartir los pequeños detalles.
- Trabajar
en equipo.
- Valorar
lo que cada uno hace.
- Conocer
mejor a la pareja.
- Ser
más tolerantes.
- Afianzar
y fortalecer el amor que se profesan.
Busque espacios de comunicación,
entendimiento, y reflexión en pareja. Desconéctese de la computadora, de la televisión,
de la radio, del celular, de los vecinos, del trabajo, incluso de usted mismo.
En esos espacios hable de un libro, de historias ocurridas en el trabajo, de
los planes suyos y de su pareja, de los sentimientos, de los deseos de cada
uno. Estudien, lean, vean un programa de televisión, hablen, analicen, decidan
situaciones importantes, y sueñen, pero juntos.
Cuando quiera comentar algo con su pareja y no estén juntos en ese
momento, anótelo en su agenda y téngalo presente para la “próxima reunión”. La
buena comunicación fortalece la relación y permite que la felicidad se vaya
acomodando en cada una de las palabras que son compartidas. Así que los
invitamos a hablar, contar, a reír y a poner más temas en el dialogo de
pareja.
Por Daniel Gómez
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