LA DECISIÓN DE AMAR


A diferencia de muchas personas que aseguran que hay que estar flechado por cupido para ser feliz, o que es un golpe de suerte quien encuentra el verdadero amor. Mi matrimonio me ha enseñado que Amar es una decisión. Lo que pasa es que normalmente a la hora de tomar la decisión de con quien casarnos nos dejamos llevar por factores como la atracción física, la forma de ser, hobbys y profesión de ambos; y no por el deseo de amar a alguien hasta que la muerte nos separe, creemos que sabemos amar, pero no es así.

Afortunadamente en los países latinoamericanos por cultura y costumbre social, hombres y mujeres tienen la libertad de escoger a la persona con la que desean casarse, el error de muchos es que toman esta decisión por las razones equivocadas, sin haber tomado primero la decisión de amar a esa persona elegida tal y como es, pretenden que el matrimonio volverá perfecta una relación imperfecta, y ese es el gran problema, empiezan a echarle la culpa a los demás o a las circunstancias de su decisión, incluso cuando empiezan las diferencias y problemas en el matrimonio se sientes defraudados de la persona con la que se casaron, olvidando que nadie lo obligo a tomar esa decisión; Es como si creyeran que la persona que eligieron o aceptaron como esposo (a) iba a volverse perfecta por el hecho de vivir en matrimonio. Cuando deberíamos recordar que perfecto solo Dios, quien nos ama tal y como somos.

Amar es una decisión que debemos tomar cada día, no sólo el día que damos el sí en el altar; Sino cuando abrimos nuestros ojos cada mañana, y nos damos cuenta que el amor de Dios nos ha regalo un día más de vida para disfrutar con la persona que esta a nuestro lado. Tenemos 24 horas del día para demostrar amor y darnos la oportunidad de vivir un matrimonio feliz.

Así que si deseas ver cambios en tu relación de pareja, empieza por adoptar una actitud positiva frente a una diferencia o situación difícil. Recuerda que se necesitan dos personas o más para poder dar inicio a una discusión, razón por la cual mucha veces quedarse callado (a) es la mejor solución, toma la decisión de amar a tu pareja, respétala, compréndela, perdónala las veces que sea necesario, no siempre es fácil de tomar estas acciones, pero vale la pena intentarlo. 

Por Norma C. Alarcón
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