1. TEMOR A DIOS
INGREDIENTE PRINCIPAL
Cuando se hace mención que debemos tener temor de Dios, incluso las personas creyentes lo relacionan inmediatamente con sentir miedo de su juicio, y esto se debe a se ha generalizado un concepto equivocado.
"El temor del creyente es reverenciar a Dios"
Sería maravilloso que todas las parejas que están casadas, independientemente de su edad, raza, situación financiera o religión, tuvieran como base de su unión matrimonial a Dios, porque el es amor.
Pero lastimosamente no es así. Hoy en día se cree que el dinero y la posición económica son más importante que una vida espiritual y familiar plenas, por esta razón son cada vez más las personas que se casan por intereses personales, familiares, económicos o legales; realmente no les importa el compromiso que están adquiriendo, y no se dan cuenta que estás actuando mal ante Dios, porque están usando su santo nombre en vano.
Dios es misericordioso, justo, soberano y cuando buscamos de él, esta dispuesto a perdonarnos y guiarnos por sus sendas.
"El temor del creyente es reverenciar a Dios"
Hebreos 12:28-29
¿Pero que significa realmente esta afirmación? en este contexto, el temor es reverenciar a Dios, es decir, sentir y demostrar gran amor, respeto, veneración, adoración y obediencia; es tener en primer lugar en nuestras vidas a nuestro creador.Sería maravilloso que todas las parejas que están casadas, independientemente de su edad, raza, situación financiera o religión, tuvieran como base de su unión matrimonial a Dios, porque el es amor.
Pero lastimosamente no es así. Hoy en día se cree que el dinero y la posición económica son más importante que una vida espiritual y familiar plenas, por esta razón son cada vez más las personas que se casan por intereses personales, familiares, económicos o legales; realmente no les importa el compromiso que están adquiriendo, y no se dan cuenta que estás actuando mal ante Dios, porque están usando su santo nombre en vano.
Dios es misericordioso, justo, soberano y cuando buscamos de él, esta dispuesto a perdonarnos y guiarnos por sus sendas.
Por Cony Alarcón
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