Y TÚ, ¿ERES UN BUEN ESPOSO?



Las mujeres necesitan un esposo diligente, amable, servicial, amoroso, detallista, en otras palabras, necesitan un buen esposo. Si recordamos que el verdadero motivo por el que nos casamos es hacer feliz a la mujer, y a la vez cumplimos con ello, entonces los malos empezarán a extinguirse; habrá más esposas sonrientes, menos divorcios y menos niños que crecen sin un padre

A continuación presentamos algunas acciones que nos convierten en malos esposos. Amigo mío, si practicas alguna de ellas, es necesario empezar a hacer cambios, por el bien de su matrimonio, de sus hijos y de sí mismo.

No escuchar a la esposa

No escuchar es una falta de atención y de consideración con la esposa. Las mujeres cuyos esposos no las escuchan se sienten frustradas y acuden a amigas, familiares y compañeros de trabajo para hablar. Las mujeres necesitan el contacto y la relación con el sexo opuesto, así mismo los hombres necesitamos relacionarnos con el sexo opuesto, y quien mejor que nuestra pareja. Recordemos: si no escuchamos a nuestra esposa hay muchos hombres que están dispuestos a escucharla, y yo por lo menos, no quiero eso.

No cumplir con las tareas del hogar 

Cumplir con las tareas del hogar va desde no hacer desorden, hasta ayudar a limpiar la casa. Mantener esa idea ridícula de que “el trabajo en la casa es para las mujeres” es obsoleto y perjudicial para el matrimonio. El hogar es responsabilidad de los dos. Si los dos trabajan deben ayudarse con el mantenimiento del hogar. 

Descuidar nuestro aspecto físico

Muchas mujeres descuidan su aspecto porque “ya me casé”; igual pasa con los hombres, dejan de preocuparse por conquistar a su esposa por medio del cuerpo. No se pone ropa elegante para salir con ella, no usa perfume, no se afeita, incluso, muchos hombres cuando se quedan en casa no se bañan. 

Dejar de ser detallista 

Un hombre debe conquistar a su esposa todos los días. Tenemos la convicción que solo en el noviazgo se hace la conquista. Sin embargo, un esposo debe conquistar a su esposa todos los días, o ¿cómo cree que va a desear compartir toda su vida con nosotros? 

No respetar nuestra esposa

El amor necesita de respeto. Cuando un hombre grita a su esposa, le deja todo a ella, le miente o le hace sentir menospreciada, es porque le ha perdido el respeto. Cuando esto ocurre, por lo general la mujer se vuelve temerosa y sumisa. Ya no hay respeto hacia el esposo sino miedo, y eso es fatal para el matrimonio. El amor verdadero está libre del miedo y la duda.

Por Daniel Gómez. 
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