PRUEBAS DE FUEGO EN EL MATRIMONIO
El amor es un sentimiento que se debe construir día a día, porque cuando vienen
las dificultades, serán estos amores de “día y de noche” los sobrevivientes a
las más fuertes tormentas. Según las estadísticas, sólo el 35% de las parejas
salen victoriosas cuando se enfrentan a una o más pruebas de fuego, y digo
pruebas porque es allí donde la fuerza del amor es medida.
Existen pruebas en las que el tiempo desempeña un papel fundamental, por
ejemplo, las diferencias de gustos. Por el momento, analiza estas pruebas de
fuego y llena tu corazón hasta el tope de amor, para que puedan afrontarla.
Discusiones: Esta es una de
las cosas más normales dentro del matrimonio. Sin embargo, la verdadera prueba
de fuego está en el tiempo, la intensidad y frecuencia de las mismas. Todos hemos
llegado a tener algún tipo de altercado con nuestra pareja, por lo que es
importante analizarlos desde una perspectiva de positivismo y ver en ellos
oportunidades de fortalecimiento y entendimiento conyugal. Con el tiempo las discusiones
pueden volverse más frecuentes.
Diferencia de
gustos: Hay que comprender que cada uno de nosotros somos únicos, y que por lo
tanto pensamos diferente, nos comportamos diferentes y percibimos el mundo de
manera diferente. Al casarnos, no quiere decir que debemos dejar esa unicidad
del ser, si no de integrarlo y adaptarlo al mundo de nuestra pareja. Esto es
una prueba que se hace más difícil en los primeros años, ya que es donde se da
el proceso de comprensión y aceptación de las diferencias: un amor débil termina
en divorcio por ello.
Hablar de
personas atractivas: Todos tenemos una belleza única y sinigual, y en ocasiones
– Sobre todos los hombres – vemos atributos en otras personas que no están en
nuestra pareja. Hablar de ello y reconocer frente a nuestra pareja que
determinada persona es muy atractiva, guapa, hermosa u otro calificativo que se
asemeje, no constituye un acto de infidelidad o una razón suficiente para tirar
tu matrimonio por la borda. Este hecho, contrario a lo que se podría pensar,
aumenta la confianza en la pareja, claro está, siempre y cuando cada uno de los
esposos haya madurado emocionalmente de una manera correcta, y los celos no estén
presentes.
El tiempo para
compartir juntos: En muchas ocasiones nos vemos tan atareados con nuestros
compromisos laborales, de estudio, del hogar o de la iglesia, que caemos en el
error de no priorizar nuestra familia. Esta es una prueba de fuego porque el hecho
que suceda una vez no significa que tiene que seguir así, y es entonces cuando
los esposos deben redefinir las prioridades en su vida, y darle la importancia
que la pareja se merece. La verdadera prueba de fuego está en evitar que los demás
compromisos superen a la familia.
Distancia: Esta es una
prueba que según las estadísticas de la Revista Viva de Argentina, sólo el 30%
de las parejas que se separan por razones de trabajo o estudio, logran
continuar. Esta prueba es una de las más difíciles para una pareja, ya que la
distancia y la soledad aumentan la necesidad de afecto, y un amor débil, caerá fácilmente
en la infidelidad. Aquí es donde la integridad, la fidelidad y la fuerza del
amor son fundamentales para mantener el matrimonio.
Intervención de
familiares: Muchas parejas han terminado porque uno o varios
familiares intervienen en el matrimonio sin que los conyugues actúen con
propiedad para defender lo es que ellos. Esta es una prueba de fuego que deben
afrontar como pareja, anteponiendo la comprensión y la situación de cada suceso
que ocurra.
El trabajo: Cuando los dos
esposos trabajan en horarios diferentes, se convierte en una prueba de fuego, ya
que se reduce el tiempo para compartir en pareja. Conozco una amiga de mi
esposa que trabaja en un supermercado en horarios rotativos, y el esposo trabaja
en una fábrica. Existen semanas enteras donde ninguno de los dos se ven, dado
los extensivos horarios y la rotación de los turnos. El trabajo a veces nos
aleja de nuestra pareja, por ello es necesario fortalecer el amor para que el
matrimonio perdure.
Los hijos: Aunque son una bendición
de Dios, es verdad que muchas familias cambian radicalmente cuando llegan los
hijos. El nuevo integrante necesita atención, cuidado y afecto, por lo que es
muy importante tener un amor fuerte para darse y vivir ese tiempo como esposos,
sin olvidar los maravillosos momentos que vivían cuando uno estaba en función del
otro.
Un matrimonio que se ame y que realmente este comprometido, podrá superar
estas pruebas y muchas otras más que se presentan en el camino del matrimonio. Ninguna
prueba es sencilla, y requiere de nosotros una madurez emocional y de un
inmenso amor para superarlas, y poder cumplir con la esencia del matrimonio:
vivir feliz hasta que la muerte nos separe.
Por Daniel Gómez.
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