EL MIEDO A FRACASAR EN EL MATRIMONIO

CONCEPTO CREADO POR LA SOCIEDAD

Con el paso de los años las parejas casadas abandonan muchas de las expresiones de amor que eran tan frecuentes cuando estaban en la cúspide del noviazgo. Esto se debe principalmente, a que la sociedad nos ha inculcado que el amor de casados es diferente, más maduro, no es tan “cursi” y con el paso del tiempo se convertirá en una costumbre. Por ello muchas personas no se casan formalmente (unión por el estado civil o religioso) porque la unión libre les proporciona una mayor libertad, menos compromiso con su pareja, con la ley y con Dios. Así pues, cuando  alguno de los “unidos” sienta que su vida en pareja se va convirtiendo en una cruz muy pesada, es más fácil dejarla a la orilla del camino, y buscar otra que no pese tanto, es decir, una nueva unión libre.

Aunque alguno nos lo crean, todas las expresiones y chistes en contra de la vida en matrimonio que en reuniones de amigos y familiares hacemos en presencia de los niños, creyendo que están en otros asuntos relacionados el juego, se sumergen en las profundidades de la mente infantil, creando inconscientemente un patrón de pensamiento y comportamiento despectivo frente a la vida conyugal. Recordemos que los patrones de pensamiento son heredados a través de nuestras acciones. Le enseñamos a través de nuestras experiencias que el matrimonio es duro y complicado, que casarse es un suicidio en vida, que tras los años el amor se vuelve una costumbre y que ya el matrimonio es más de aguante que de felicidad. Y entonces luego nos preguntamos, ¿Por qué los matrimonios de hoy en día no son duraderos?

Todo trata de una concepción mental. La mayoría de los matrimonios que llevan varias décadas juntos, coinciden en que cada uno de los conyugues creyeron en el amor y en la unión para toda la vida. De la misma forma, si concibe la unión marital como una cruz pesada, así será su matrimonio. Entre amigos tenemos más argumentos en contra de la felicidad matrimonial que a favor; Pareciera que nos casáramos buscando infelicidad. Pero la realidad sobre la simpleza o la dulzura de su vida conyugal dependen de que hagan el cambio y decidan cargar la “cruz” entre los dos. Si el matrimonio ha de ser una cruz para sociedad, entonces que no la cargue solo uno. Recuerde que la unión hace la fuerza, y si se unen como esposos, aumentaran la fuerza de creer en un matrimonio liviano, tranquilo y feliz. 

Por Daniel Gómez
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