EL AMOR ES PACIENTE
“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a
los otros en amor” (Efesios 4:2)
Contrario a aquellos que creen que el amor es una mentira, este
regalo Divino es una verdad total, y proporciona resultados grandiosos. Es un
motor de motivación poderoso, y su pureza, profundidad y significado, no es
concebido en la mente de muchas personas. Es tan poderoso que ahoga el miedo;
funde la mentira, revela la verdad, proporciona valentía, y trae el perdón a
nuestra vida.
El verdadero amor esta cimentado en la paciencia y en la
bondad, y el apóstol Pablo nos lo recuerda en la primera de corintios: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor
no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es
egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la
maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo
lo espera, todo lo soporta”. (1Cor. 13:4-7)
El amor tiene dos características fundamentales: la
paciencia y la bondad. En este artículo abordaremos la característica de la
paciencia, dado que la mayoría de los matrimonios la necesitamos porque resulta
ser el arma que cercena toda controversia.
Popularmente se dice que para pelear se necesitan dos -y es
cierto- por lo tanto, lo mejor que le puede pasar a una pareja conflictiva es
que uno de los esposos sea paciente. Proverbios 15:18 nos revela esta verdad:
"el hombre Iracundo promueve
contiendas, más el que tarda en airarse apacigua la rencilla".
Un amor impaciente acorta la vida del matrimonio, lo asfixia
y lo lleva por caminos difíciles de transitar sin ni siquiera tener un buen guía.
Cuando la impaciencia se apodera de la relación de pareja, aparecen malos guías y malos consejeros que
agravan los conflictos existentes y generan conflictos cada vez mayores, hasta
el punto de la pérdida del amor y la posterior separación.
Por ello, quien desee un amor para toda la vida debe
comprender que la paciencia debe ser un agente protagónico. Sé que no es fácil,
a todos nos cuesta, pero es por amor que debemos hacerlo. Recordemos que Jesús fue paciente al soportar
el dolor por todos nosotros sin conocernos, ¿porque no he de ser paciente con
mi esposo (a) si es la persona que amo?
Por Daniel Gómez
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