LA RELACIÓN CON LOS SUEGROS: NO INTERVENCIÓN


Es muy frecuente ver problemas dentro del matrimonio a raíz de problemas con los suegros, o comentarios y posiciones de los mismos, frente a situaciones que corresponden única y exclusivamente a los miembros del matrimonio. ¿Pero es inevitable esa situación en su matrimonio? ¿Cómo evitar que los suegros y sus acciones sean un problema para su matrimonio?

Con el matrimonio se forma una nueva familia, y por ende es la familia la que debe resolver sus propias diferencias. Por principios bíblicos, “el hombre dejara a padre y madre para unirse a su esposa, y juntos serán una sola carne (efes 5:31)”, lo que reitera lo anteriormente dicho. Esto no quiere decir que los suegros deben vivir lejos del nuevo matrimonio, si no que procuren dejar que el matrimonio sea dirigido por cada uno de los esposos.

Muchos padres les cuesta adaptarse al cambio que viene cuando uno de sus hijos (as) se unen en matrimonio, puesto que dejan de tener “el primer lugar”; el esposo (a) pasa a ocupar el primer lugar, tanto en el matrimonio como en la vida. Este hecho en ningún momento supone se rompan las relaciones familiares ni los vínculos afectivos.

Como familia, es importante relacionarnos y crear ambientes de integración familiar. Sin embargo, cuando afloren problemas que involucren a los suegros, el dialogo con la pareja es decisivo para resolver tales inconvenientes; recuerde que herir a los padres de su esposo (a) es herir también sus sentimientos, puesto que el vínculo sentimental no desaparece con el matrimonio. Solo procuren porque sus suegros no intervengan en asuntos que corresponden a matrimonios ajenos.  
Por Daniel Gómez
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