¿COMO BATALLAR EN MI INTERIOR?
Todos libramos una guerra, y día a día nos enfrentamos a batallas
donde el enemigo parece ser sólo nuestros pensamientos y nuestra manera de
actuar. No importa a que te dedicas, como es tu relación familiar o tu posición
económica, alguna guerra enfrentas, quizá sin repercusiones físicas inmediatas,
pero si con afectación emocional y espiritual. En nuestro fuero interno
luchamos por no dejarnos dominar de una conducta que nos puede conducir alguna
adicción como las drogas o el alcohol o sencillamente luchamos contra
pensamientos que nos impulsan hacer cosas que sabemos no están bien; cuando ya
se está dominado, la lucha no es para apartar y evitar caer, sino para poder librarse de las ataduras
adquiridas, y todo esto pasa en la mayoría de las veces sin que nos demos
cuenta de ello.
Cuando nos casamos, nuestra pareja también tiene alguna
lucha interna, algo que sólo él/ ella sabe; y es precisamente todo este tipo de
luchas las que con el pasar del tiempo, se vuelven enemigas del matrimonio
porque destruyen de adentro hacia afuera, carcomen el alma, tergiversan el amor
y cambian de dirección los sentimientos, en muchos casos, contra si mismos.
La intimidad matrimonial no debe estar sólo enmarcada en las
relaciones sexuales, abordar este tipo de luchas juntos es abrirle la puerta al
cónyuge para que mire "nuestra casa y nos ayude a arreglarla". Quizá
nuestra pareja ha batallado con lo mismo o está batallando; sea cual sea el
caso, su pareja es su ayuda idónea en todo momento.
En la matemática divina, 1+1=1, por lo tanto, dialogue con
su esposo (a) y juntos, clamen a Dios por paz y liberación, en el nombre de
Jesús. Quizá las luchas sigan apareciendo, pero Dios es el
respaldo, que da paz en medio de la tormenta.
No luche solo (a). Si esta en matrimonio tiene a Dios y a su
pareja de su parte; y si aún esta soltero(a), tiene a Dios y con él, es más que
suficiente.
Por Daniel Gómez
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