EL MATRIMONIO COMO PROYECTO DE VIDA


Muchos podrán hablar mal, juzgar y criticar a quienes nos hemos casado por la iglesia, argumentando que no es necesario, que tarde o temprano se acabará, porque todos los hombres son infieles, o porque todas las mujeres son unas oportunistas, o algo por el estilo, pues déjame decirte que aquella persona que te diga esto, es infeliz, y muy seguramente alguien a quien amo con todo su corazón, le falló, y por ello su ira la expresa sin compasión con quienes buscan ser felices para toda la vida.

Amar para toda la vida debe ser sinónimo de felicidad, el matrimonio debe proporcionar a los cónyuges satisfacción, cumplimiento de metas, unidad y entrega incondicional.

Quien se casa sin amor, apuesta a la destrucción, a un proyecto de vida de apariencias y amargura. De allí la importancia de casarnos por amor y no por presión familiar, venganza o desilusión amorosa. Porque tu alma, tu cuerpo y tu espíritu deben estar en armonía para tu cónyuge, entregar toda tu vida en pro a la felicidad matrimonial debe ser el proyecto de vida de todo matrimonio que desee vivir en armonía total.

Vuélvanse cómplices el uno del otro, aprende a conocer lo más mínimo de tu pareja. Si sabes que hay algo que lo irrita, no lo hagas, se su apoyo incondicional, unifiquen sus ideas, hagan un plan para el cumplimiento de las metas en común, y si hay algo que tu quieres hacer de forma individual, y  no afecta la relación matrimonial, pide su apoyo para hacer realidad lo que quieres, por ejemplo quieres ser cantante x hobby, quieres hacer un viaje para visitar unos familiares, quieres estudiar una carrera profesional pero no se lo has dicho a tu pareja por temor o por falta de recursos, de igual maneras háblalo, no te quedes con nada guardado, porque lo único que conseguirás es llenarte de sueños sin cumplir y de frustraciones que tarde o temprano afectarán tu matrimonio.

Sean sinceros entre los dos y hablen constantemente con Dios, él es el único que puede abrir las puertas que parecen imposibles de cruzar. Ama a tu esposo (a) todos los días de tu vida para que tu proyecto de vida, sea el mismo para él/ella y sea fuente inagotable de felicidad.

Por Constanza Alarcón
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