A LA MEMORIA DE UN MATRIMONIO EJEMPLAR

Octubre de 2008
 Bodas de Oro: 50 años de casados
El matrimonio nos abre las puertas a un mundo desconocido, en donde todo lo que se ha soñado algún día se puede hacer realidad en nombre del amor. 

El día de hoy quiero compartir una pequeña parte de la historia de amor de mis abuelos, quienes llevaron una vida normal, y a su vez, lograron tener un matrimonio extraordinario. Se casaron por la iglesia en el año 1.958 y tuvieron cuatro hijos. Mi abuelo se dedicó a trabajar duro en el las Empresas Publicas en Colombia, y gracias a su esfuerzo y dedicación logró mantener a su familia. 
Mi abuela por su parte se dedicó de tiempo completo a su hogar, y a hacer aquello que tanto le gustaba: hornear pasteles. Son cientos de recuerdos que tengo de mi infancia, en los cuales yo era una espectadora - ademas de fan - de todo el procesos que hacia mi abuela para hornear y decorar los pasteles que tan frecuentemente hacia en casa.

Sin embargo todas la parejas pasan momentos difíciles, y por supuesto, mis abuelos no fueron la excepción; tuvieron que soportar la pérdida de su hija Leonor, quien a los 8 años de edad falleció producto de una enfermedad llamada tifo. Un golpe bastante fuerte que dejó a mi abuela con padecimientos cardíacos, pero aún así el matrimonio no se deterioró, porque criaron a todos sus hijos en un ambiente tranquilo, lleno de amor y alegría. 

Mi abuelo se caracterizaba por su alegría, por su amor a la poesía y a la música. Siempre tenia un rostro tranquilo y feliz cuando mi abuela se molestaba. No tengo recuerdo de él siendo grosero con mi abuela o haberlo visto en estados de cólera. Lucharon juntos por mantener un matrimonio sano, y nunca permitir que las dificultades de la vida fueran una excusa para recurrir al engaño, la infidelidad o la separación. 

51 años de casados 2009
Gracias al amor y a la dedicación de cada uno de ellos, cumplieron bodas de plata y de oro. Tuve la fortuna de estar presente cuando cumplieron sus bodas de oro, y fue maravilloso ver que después de medio siglo se amaban como desde aquel momento que dijeron "si" ante el altar. Fue una nueva boda; compraron los anillos y volvieron a decir "si" ante el altar. Uno de los momentos que nunca olvidaré, es que antes de la boda, se les podía notar el nerviosismo y la emoción que sentimos todos cuando vamos a casarnos. 

Cumplieron su juramento de "amarse hasta que la muerte los separo". En el año 2.009, mi abuela fallece, y posteriormente, en el año 2.011, fallece mi abuelo.

Una historia de amor y una vida matrimonial ejemplar que admiro y celebro. Doy gracias a Dios porque tuve la fortuna de ser testigo de ese amor, y de entender, que debemos casarnos todos los días, que debemos renovar todos los días nuestros votos matrimoniales, y quizá, al igual que mis abuelos, podamos volver a casarnos 50 años después.

Como dice mi esposo: "No es malo casarse varias veces; lo malo es no hacerlo con la misma persona".

Los llevo en mi corazón.... 
Por Cony Alarcón
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