MI ESPOSO(A) TIENE BAJA AUTOESTIMA
La
baja autoestima de alguno de los esposos, puede generar conflictos al interior
del matrimonio sino se le presta la atención adecuada. Está
claro que hay personas que tienen baja autoestima pero pueden llevar una vida aparentemente
normal, sin que esto les afecte severamente su vida. Pero hay otras que tienen tantos problemas de autoestima, por heridas profundas del pasado que les impiden disfrutar de una
vida plena y feliz.
Nos vamos a centrar en la labor del esposo (a) para ayudar a su cónyuge a mejorar
su autoestima. El
conyugue debe identificar cuál es el motivo de la baja autoestima: analizar su apariencia física, su forma de ser, su
condición económica o algún suceso del pasado, no para juzgar o criticar, si no para ayudar en el proceso de superación de lo que esta causando la baja autoestima, ya que normalmente se genera por un trauma o situación especifica que genero frustración en la persona.
Si por el bien del matrimonio, todo esposo (a) en la rlación de pareja debe ser comprensivo (a), amoroso (a); cuando su pareja tiene la autoestima baja, debe serlo aún más. Por eso es importante:
Si por el bien del matrimonio, todo esposo (a) en la rlación de pareja debe ser comprensivo (a), amoroso (a); cuando su pareja tiene la autoestima baja, debe serlo aún más. Por eso es importante:
- Demostrar el amor en todo momento.
- Propiciar un ambiente de alegría.
- Propiciar un ambiente de alegría.
- Valorar
cada acción que haga su pareja en pro de la relación y del hogar.
- Dar
las gracias constantemente.
- Tener un trato amoroso
- Tener un trato amoroso
- Apoyar
sus puntos de vista, y si hay diferencias resolverlas en calma.
- Mantener una excelente comunicación
- Valorar la belleza espiritual y física de tu pareja.
- Valorar la belleza espiritual y física de tu pareja.
- Evitar los conflictos en relación a temas que sabe le afecten directamente.
Estas
son sólo pequeñas recomendaciones, en las cuales el amor debe primar.
No deben descartar el tratamiento psicológico para casos más graves.
Por Daniel Gómez
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