VIVIR EL AMOR EN PAREJA
"El amor es para vivirlo y no para
guardarlo". Muchos se casan porque se aman, pero ante la primera rutina que se
establece, el amor deja de fluir y se concentran en lo negativo, y sin hacer nada para mejorar, se deprimen y se sientes frustrados en su relación de pareja...
Cuando sientas que la rutina te molesta, toma la iniciativa y sal de ella. Invita a tu pareja a un lugar que les guste a los dos, cocina algo rico o simplemente saca tiempo para hablar de forma tierna y sincera con tu ser amado y expresarle tu incomodidad, con el fin de buscar una solución a la situación.
Cuando sientas que la rutina te molesta, toma la iniciativa y sal de ella. Invita a tu pareja a un lugar que les guste a los dos, cocina algo rico o simplemente saca tiempo para hablar de forma tierna y sincera con tu ser amado y expresarle tu incomodidad, con el fin de buscar una solución a la situación.
Todas las personas tenemos rutinas, pero cuando
decidimos vivir esa rutina sin amor, la
rutina toma una fuerza negativa, que involucra otros aspectos del matrimonio,
como la comunicación, la toma de decisiones, la parte afectiva y sexual, e
inclusive el comportamiento hacia el otro. En esta instancia, la rutina se arraiga con tanta fuerza, que al amor le cuesta subsistir y tomar un segundo aire. Tomando la relación de pareja el rumbo de la infelicidad o el rumbo de la separación.
Por ello hay que vivir el amor,
darle espacio, demostrarlo día a día.
Si en realidad te has casado por amor, ¿por qué lo
guardas? sientes que tienes a la persona más especial del mundo a tu lado, y aún así estas
mezquino y reacio a decirle cuanto la amas. Vivir el amor no significa estar
todo el tiempo juntos, o tomados de la mano o haciendo el amor... el amor se puede vivir en cualquier momento, en las pequeñas cosas de la vida, y se expresa con una sonrisa, una palabra bonita, un
detalle en una fecha inesperada, en ayudarle y apoyarle incondicionalmente. La rutina entrará en su matrimonio, pero sólo
el amor la vencerá por ello no dejen de vivir el amor.
Por Daniel Gómez y Cony Alarcón
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