INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA EL MATRIMONIO
La inteligencia emocional no es más que la capacidad que
tiene el ser humano de manejar, entender y trabajar las emociones, tanto las
propias como la de los demás. La inteligencia emocional es fundamental para
tener buenas relaciones personales, y por supuesto, para hacer la de la
felicidad matrimonial, toda una realidad.
Una de las ventajas de tener una alta inteligencia
emocional, es que se ejerce un control sobre sí mismo y sobre las situaciones, se
piensa antes de hablar o actuar para no herir a nadie, se tiene un dominio
sobre los impulsos y claridad con lo que
se piensa. Generalmente no reacciona con brusquedad porque toma control de la
situación. Entiende a los demás, y es por ello que logra tener excelentes
relaciones personales.
Es por ello que para un matrimonio es tan importante que los
esposos tengan buena inteligencia emocional, porque la falta de la misma ha
provocado muchos divorcios, y los sigue provocando. La inteligencia emocional
se puede aumentar. Le damos algunos tips:
Madurez emocional:
Algunas personas afirman que la madurez emocional se alcanza con edad y las
experiencias de la vida. Sin embargo, los principios rectores de la madurez
emocional se alcanzan a temprana edad y se moldean con las situaciones vividas
a través del tiempo. Este es un elemento indispensable para mejorar la inteligencia
emocional. En lo personal, me ha ayudado a madurar emocionalmente los libros,
revistas especializadas, y la espiritualidad. Además de controlar mis
emociones, me ayuda a ser más proactivo, tomar decisiones con madurez y estar libre de egoísmos.
Actúa sin egoísmo:
El egoísmo es uno de los enemigos del matrimonio. El matrimonio es una unión de
dos personas y por lo tanto no debes estar pensando en ti mismo (a) para hacer
cosas que deben ser de mutuo acuerdo. Las decisiones más importantes deben ser
tomadas entre los dos.
Piensa antes de
hablar: A veces reaccionamos ante una situación de manera impulsiva y
decimos cosas sin pensar hiriendo a nuestra pareja. Es necesario que te tomes
unos segundos para analizar qué es lo que vas a decir, y si sientes que no puedes
pensar porque una emoción nubla tu razón, es mejor que no digas nada y lo
medites “con cabeza fría” después. Como dice un proverbio: una de las cosas que
jamás regresa en la vida es la palabra pronunciada.
Sé consciente de tus
actos: No hagas las cosas
simplemente porque “así se han hecho siempre”. Muchos matrimonios
aceptan el maltrato porque sus padres aceptaron el maltrato. Hazte consciente
del porque haces lo que haces; principalmente de aquellos actos que disgustan a
tu pareja y por los cuales llegan a discusiones.
Pide perdón y aprende
a perdonar: Pedir perdón no es una tarea fácil, y perdonar menos aún. Sin
embargo estas dos acciones, realizadas con honestidad y sinceridad, tienen un
gran peso emocional y espiritual. Cuando pides perdón entregas tu corazón, te
postras a los pies de tu amado (a) en alma y reconocer de corazón que has
fallado; cuando perdonas, aceptas tomar de nuevo el alma de la persona y dejar
los hechos en el pasado. Triunfa el amor, se regocija la vida y sonríe Dios. La relación se fortalece más cuando los
esposos aprenden el valor del perdón.
Elige la felicidad:
Ser feliz es una decisión: “hoy he decidido ser feliz”. No te casaste pensando
en la infelicidad y deseando problemas conyugales, te casaste deseando ser
feliz y lograr todos esos deseos que los llevaron a tan importante compromiso
como lo es el matrimonio. Pero ten cuidado que la felicidad no te la da tu
esposo (a), tú decides ser feliz, porque la felicidad no viene del exterior si
no del interior, y tu pareja es uno de los tantos medios para vivir la decisión
de ser feliz.
Para mejorar la inteligencia emocional debes empezar por
realizar cambios, estar dispuesto (a) a salir de las acciones cotidianas y
emprender el viaje de fortalecer tus emociones, de desprenderte del egoísmo, de
pensar antes de hablar, de crear consciencia en sí mismo (a), de pedir perdón y
de elegir ser feliz. Al fin y al cabo de todo, deseamos tener un matrimonio
feliz, y para ello, debemos trabajar y esforzarnos por él.
Por Daniel Gómez.
Leave a Comment