3 ETAPAS DEL AMOR MATRIMONIAL


El amor no es lineal, tiene sus altas y sus bajas, y el amor conyugal no escapa a esta condición. Podemos dividir el amor matrimonial en tres etapas: el amor principiante, el amor en crecimiento y el amor maduro. El tiempo que dure cada una de ellas, depende única y exclusivamente de la entrega y forma de ser de los cónyuges:

1. AMOR DE PRINCIPIANTE: En esta etapa todavía no hemos experimentado el amor verdadero, creemos que por el hecho de casarnos todo será perfecto como en los cuentos de hadas. Esto no quiere decir que en el matrimonio no se pueda ser feliz, si se puede, y de hecho ese debe ser uno de los objetivos de todo matrimonio. Sin embargo esta felicidad no se adquiere de la noche a la mañana como muchos creen, toma su tiempo. Es un proceso de cambios, adaptación y conocimiento entre los cónyuges.

2. AMOR EN CRECIMIENTO: En este punto del matrimonio estamos aprendiendo amar, apenas empezamos aceptar que somos diferentes. Todavía nos cuesta perdonar y aceptar a nuestra pareja tal y como es; quisiéramos que fuera a nuestra manera, no nos gusta cometer errores y creemos que las cosas las adquirimos por nuestra propia fuerza. Somos egoístas, nos disgustamos con frecuencia, odiamos los problemas y expresamos poco nuestro amor.

3. AMOR MADURO: Aquí hay una entrega total de ambas partes, es un amor sincero, que acepta, perdona, edifica y brinda felicidad. Y lo más importante de todo es que busca seguir el ejemplo de Cristo, porque el amor maduro conoce el amor de Dios. Es un amor comprometido y dispuesto a superar todo tipo de retos. En esta etapa los problemas se convierten en oportunidades y la felicidad en una realidad matrimonial.
Por Constanza Alarcón
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