CONFIAR EN DIOS


Es curioso que muchas de las parejas que reciben la bendición de Dios llamada matrimonio, inician sin tener una comunicación con él, sin practicar una religión especifica o incluso, sin creer firmemente en él; se casan siguiendo las costumbres y creencias familiares, mas no se casan por haber sentido el llamado de Dios hacer parte de tan importante ministerio, ya que el matrimonio es formador de familia, y por ende, de los principios éticos y morales que rigen una sociedad. 

El hecho de que las parejas se casen sin bases espirituales es muy preocupante, porque un matrimonio que no tiene a Dios como el centro de su unión, anda sin rumbo, vacio, siguiendo el ejemplo del mundo y no de Cristo. El sacramento por si solo no hace nada, deben tener una comunicación constante y personal con Dios, confiar en él con todo su corazón. Dios siempre va estar con nosotros, esperando que le abramos las puertas de nuestro corazón y reconozcamos a su hijo Jesús como nuestro Señor y salvador, y de esta manera empezar a transformar nuestra vida de adentro hacia afuera. Una vez hayas recibido a Cristo en tu corazón debes invitarlo a morar y permanecer en ti, y en tu matrimonio, debes confiar en él con toda tu mente, cuerpo y espíritu.

Vivir  el llamado de Dios en nuestro matrimonio es la mejor experiencia que se pueda tener, nos aliviana las cargas del pasado, limpia nuestra alma y abre las puertas del cielo para recibir las promesas que Dios nos ha dado a través de su palabra. Lastimosamente muchas personas que experimentan el gozo de recibir el amor Divino creen que sus vidas serán perfectas, sin problemas,  ni preocupaciones, y al primer obstaculo, tambalea su fe y dejan de seguir su camino. Indudablemente tener a Cristo como el pilar del matrimonio es lo mejor que le puede pasar a un hogar. Sin embargo esto no significa que tendrás una vida perfecta, significa que ante los problemas no desfallecerás porque sabes que Cristo siempre esta contigo batallando tu lucha, tendrás la fortaleza para seguir caminando en medio de la tormenta; seguir a Cristo requiere de una entrega total, confiar siempre en él y en la voluntad de Dios. Tal como no lo dice Jeremías 17: 7-8:

"Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacía las corrientes; no teme que llegue el calor y sus hojas están siempre verdes; En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto"

Entonces, ¿qué significa confiar en Dios?
Confiar en Dios es mantener el rostro levantado cuando todo sale mal, mantenerse en pie en medio de la tormenta, no derrumbarse ante los problemas, seguir caminando cuando no das más; es hacer su voluntad, orando en todo momento.

"Confiar: es dejar todo en manos de Dios, sabiendo que él nunca te va a fallar".

Por Constanza Alarcón
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