4 ETAPAS DEL SUFRIMIENTO MARITAL


Los conflictos de pareja pueden llenar la relación de mucho sufrimiento sino se manejan de una manera adecuada. El sufrimiento marital es un proceso paulatino, empezando por heridas que no son sanadas. Y cuyo dólar va evolucionando hasta llegar hasta la indiferencia, y en la mayoría de los casos, la muerte del matrimonio.

Existen cuatro etapas del sufrimiento en la vida de pareja. Estás cuatro fases son:

DOLOR: Toda persona es testigo de que alguna vez se ha sentido herida por su pareja, a veces con intención, pero en la mayoría de las veces sin intención; y es que nuestras actitudes, nuestros actos, nuestra forma de comunicarnos e incluso hasta nuestra cultura, generan dolor emocional en la pareja. En esta primera fase, es muy importante que las parejas aprendan a pedir perdón, ya que es crucial para que el sufrimiento marital no siga avanzando.

FRIALDAD: La frialdad surge cuando una persona es constantemente herida y la pareja no se da cuenta, o sencillamente no parece importarle. El egoísmo es un elemento presente, por lo que el corazón se vuelve como de hielo, y el conflicto no parece calentarlo ni unos cuantos grados.  Se convierte en una persona fría e inexpresiva, por lo que las expresiones de amor se reducen casi a cero.
 
DUREZA: La dureza ya es un estado supremamente avanzado dentro del sufrimiento de una relación. En esta fase, los conflictos pasan desapercibidos y los sentimientos son ahogados por la fuerza de cumplir con otros compromisos aparentemente más importantes. En otros casos, los conflictos son más agresivos y más frecuentes; discuten por todo porque buscan ser duros y fuertes manteniendo posiciones determinantes dentro del conflicto, sin ánimo de ceder. Por lo general, esta dureza afecta la espiritualidad del matrimonio, por lo que cada día se alejan más de Dios.

INDIFERENCIA: Esta es la fase final del sufrimiento, donde el mecanismo de defensa es el “nada me importa”. Sin embargo, en esta fase se pueden encontrar parejas que aún se aman, pero que tienen un enojo de tantos años, que ha logrado cegarlos y decirles que se odian y se desprecian; pero también existen parejas donde el odio y el desprecio por su pareja parecen ser los agentes protagónicos, y esto ya es una tragedia para el matrimonio. Generalmente para este segundo grupo de parejas, la separación es cuestión de meses.


Aprendamos a pedir perdón a nuestra pareja; cuando la pareja se haya sentido herida por algo que hicimos sin darnos cuenta, escuchemos y enmendemos nuestro error, para no dejar que el matrimonio se vaya al abismo donde mueren los sueños y las esperanzas de vivir felices hasta el fin de nuestros días. 

Por Daniel Gómez
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