TENER HIJOS: UN COMPROMISO MATRIMONIAL
La llegada de un bebé es un motivo de alegría, festejo y júbilo para una pareja. La emoción de forjar una criatura, de disfrutar de su ternura y la felicidad de guiar día a día sus pasos, es una etapa en la vida que se vive a la perfección cuando el amor y la unión entre cada uno de los esposos es fuerte y el compromiso está a flor de piel.
Cuidar de un bebé no se trata solo de darle lo que necesita materialmente, se trata de fortalecer aún más el compromiso matrimonial, porque la responsabilidad es mutua. Los hijos deben ser un vínculo más para sostener el matrimonio, pero cuando no hay unidad y amor en la relación, puede traer hasta un divorcio; ¿y quiénes son los afectados? Los niños.
Es por ello que yo recomiendo a las parejas que están planeando tener hijos, que revisen detalladamente su matrimonio, ya que el compromiso es en pareja, en ningún momento es solo de la madre o del padre. Es injusto traer un niño al mundo como pretexto para fortalecer el matrimonio, porque el matrimonio debe estar en buenas condiciones para cuidar adecuadamente al nuevo integrante. He escuchado a personas que han optado por tener hijos para salvar su matrimonio y las consecuencias han sido desfavorables, porque en la mayoría de los casos, las nuevas responsabilidades del niño sacan a relucir los problemas ya existentes y el divorcio es casi que inminente. Esto sin mencionar el daño psicológico que sufren los niños.
Hoy en día la gente prefiere tener hijos que casarse. Ven el matrimonio más complicado que tener una responsabilidad de formar y cuidar de una nueva vida, sin entender que en la vida de parejas cada uno está ya formado y solo requiere hacer los cambios para adaptarse uno al otro, mientras que tener un hijo(a) significa forjarlo y darle las herramientas para que encuentre la felicidad. No es lo mismo enseñarle a un adulto que a un niño sobre la vida y todo lo que ella contiene.
Construyamos un matrimonio mejor y tendremos un hijo mejor.
Por Daniel Gómez
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