¿VALE LA PENA DISCUTIR?

En definitiva la respuesta sería: no. Pero puedo decirte que valga la pena o no, nosotros mismos hemos vuelto las discusiones parte de nuestras relaciones interpersonales, en especial en nuestra vida de pareja, porque curiosamente somos mas tolerantes con las personas que vemos menos, que con nuestra familia directa, sea conyugue, hijos o padres. Pues a mayor confianza, menos tolerancia.... suena ironico ¿verdad? solo ponte analizar un poco, cuantas veces al día has llegado a discutir con tu tía lejana, si ni la llamas como vas a discutir con ella, por el contrario cuando la llamas deseas saber como esta y decirle lo mucho que la extrañas, pero con nuestra pareja, que muchas veces la tenemos al lado, es diferente, discutimos por pequeñeces, a tal punto que nos cuesta hasta recordar porque empezo la discusón, siempre queremos tener la razón, alzamos la voz y nos molestamos todo el día por la misma situación, haciendo un ambiente familiar tenso y molesto.

Y esto se debe a que incluso el clima puede llegar alterar nuestro genio, aveces son reacciones inconcientes y otras veces concientes, el hecho es que a quien llegan todas nuestras negativas es a nuestra pareja, la persona con la que compartimos toda nuestra vida, y a la que deberiamos hacer feliz cada día de nuestras vidas..

Así que en realidad las discusiones lo unico que hacen es quitarnos la paz, tranquilidad, enegia positiva, agotarnos mental y sentimentalmente, quedando más vulnerables a cualquier comentario o problema que pueda surgir durante el día. Sin embargo, cuando entendemos que en nuestras manos esta vivir en armonia, empezamos a ser más pacientes, disculparnos con mas frecuencia, a perdonar de corazón, a recordar todo lo bueno, a ceder un poco, a tratar de sacarle una sonrisa a nuestra pareja, animarlo en las dificultades.... Pero esto solo va a suceder si decidimos empezar a disfrutar del día a día y aceptar las cosas que no nos gustan con humildad.

La tolerancia es clave fundamental para cualquier matrimonio que este en busqueda de la felicidad y prosperidad matrimonial.

Por Cony Alarcón