AHORRO E INVERSIÓN
EN PAREJA
Para realizar una planificación financiera adecuada, como matrimonio deben comprender una serie de conceptos que, en ocasiones, se dan por sabidos. Son coneptos sencillos, pero que contienen matices importantes.
El concepto de patrimonio:
El patrimonio neto es la diferencia entre los activos y pasivos. Pero, ¿qué significa esto?
Los activos: son la suma de lo que tenemos y de lo que podemos generar. Se componen de inmovilizado (cuentas bancarias, bienes raíces, activos financieros etc.) y bienes futuros o potencialmente realizables (herencias, donaciones, menores activos a cargo… y sobre todo nuestra propia capacidad individual para generar riqueza). Podemos evaluarlo de muchas maneras: el verdadero valor, el valor de mercado o simplemente para realizar estimaciones.
Los pasivos: son lo que reconocemos como deuda y que no hemos satisfecho todavía. Todo el mundo piensa en la hipoteca, pero también se necesita incluir cualquier crédito (incluyendo el saldo de las tarjetas) o las facturas no adelantadas. Hay que añadir aquellos pasivos que pueden transformarse en deuda, como garantías personales o garantías que hemos proporcionado.
El ahorro: Es guardar esa parte del patrimonio que tenemos en el corto o mediano plazo para enfrentar los gastos seguros y extraordinarios con respecto a nuestro balance financiero regular (la diferencia entre ingresos y gastos).
También deberíamos incluir en nuestras finanzas un fondo de emergencia, que incluyera, por ejemplo, parte de lo que queda por amortizar de tu hogar, o los gastos periódicos previstos para el futuro (la carrera, una boda, un viaje, etc.).
Es importante empezar ahorrar desde el principio de la vida profesional, e introducirlo en productos rentables o en una cuenta exclusiva para este fin, y cuando se contrae matrimonio, debemos seguir ahorrando e invirtiendo como pareja, como podrían ser en las letras del tesoro.
La inversión: Aquella parte del patrimonio neto tangible y que no forma parte de los ahorros, puede ser considerado patrimonio invertido. Esta parte de la liquidez también puede depositarse en una entidad a plazo fijo, pero debes tener en cuenta que el rédito que te dará este tipo de depósito no es comparable al que te puede dar otro tipo de producto financiero. Dependiendo del riesgo que estás dispuesto a afrontar, puede generar un ingreso adicional nada despreciable. Eso sí: hay que evaluar el riesgo de la inversión y obrar en consecuencia.
Dormirás mucho más tranquilo mientras tu dinero trabaja por sí mismo.
La capacidad de endeudamiento:
Un consejo que siempre ha sido bueno y que se olvidó durante las vacas gordas del boom inmobiliario, era el no pagar en la hipoteca más del 30% de su ingreso neto. La mayoría de los españoles que firmaron un crédito hipotecario entre los años 2002 y 2007 no siguieron este consejo, seguramente motivados por las prácticas agresivas de los bancos para colocar créditos.
Si haces el ejercicio de calcular tu patrimonio, ya estás listo para calcular tu capacidad de endeudamiento. Hay muchas formas de medirla, pero la más extendida es obtener el porcentaje de lo que representa el pasivo sobre el activo. Debes asegurarte de que este porcentaje no exceda de 40%, pero que tampoco sea demasiado corto porque entonces estarás perdiendo calidad de vida. El límite inferior es subjetivo y depende de cada uno y de su definición de “calidad de vida”.
Una vez estos términos sean claros, están listos para analizar sus finanzas matrimoniales, y darles el rumbo adecuado. Es como ir al doctor, después del diagnostico, viene el tratamiento.
Tomado de http://hipotecafacil.com/
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