LA BODA: EL INICIO DE UN NUEVO HOGAR

La boda es el acontecimiento de la unión perpetua de un hombre y una mujer ante Dios y ante el mundo. Sin importar el lugar, la fecha, la cantidad de invitados o la cantidad de dinero gastado en todo lo relacionado a la boda, siempre tendrá el mismo objetivo: celebrar el inicio de un nuevo hogar. 

Por un otro lado, el amor debe ser el protagonista en todo momento, porque esa es la esencia de la unión matrimonial. El apóstol pablo lo dijo en su carta a los efesios: "esposos amen a sus esposas como Cristo amó a su iglesia", ¿y cómo amó Cristo a su iglesia? la amó tanto que dió su vida por ella, dió todas sus enseñanzas y procuró por dejarla en alto durante su ministerio en la tierra. Así que la boda marca el punto de partida para que el amor se siga fortaleciendo y para que durante este hermoso caminar, aprendamos lo que la vida nos quiere enseñar. 


Por principios bíblicos, efesios 5:31 dice que "por lo tanto el hombre dejará padre y madre y se unirá a su esposa y juntos serán un sólo ser"; y esto no ocurre sólo el en plano espiritual, porque lo ideal, que la nueva pareja viva lejos de sus padres; o al menos en un hogar diferente, donde tengan privacidad y puedan amarse libremente. 


Dar el "Si" en la boda es entregar nuestra vida al servicio del esposo (a); es entregarnos y luchar por él/ella, como Cristo luchó y defendió a una humanidad imperfecta. Tendremos diferencias pero lo más hermoso del matrimonio no es que dejen de existir, si no que aprendamos a vivir con ellas.

La boda es el inicio de una vida diferente, donde un maravilloso ser, escogido terrenalmente por vosotros mismos, representa esa ayuda idónea y ese apoyo incondicional. Pero por más hermosa y despampanante que sea la boda, no es un sello de garantía de que nuestro matrimonio será color de rosa, porque eso queda a merced de cada uno de los esposos.

Por Daniel Gómez
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