EL MATRIMONIO ES PARA LOS VALIENTES
La primera vez que escuche decir que "el matrimonio era para los valientes", fue en mi cursillo prematrimonial. En realidad, fue un aliciente para mí, porque toda mi vida había pensado que el matrimonio era innecesario, ya que la responsabilidad al vivir en pareja era igual. Obviamente, estaba muy equivocado.
Sin embargo, no entendí la frase si no pasado un par de años de estar casado. Comprometerse a amar a una persona no es un acto de valentía, puesto que si se acaba el amor, existe la separación o el divorcio. ¿Cuando lo entendí? lo entendí cuando dejamos entrar a Jesucristo en nuestro matrimonio. Ahí comprendí que el acto de valentía es cumplir con Dios el compromiso de cuidar y amar a uno de sus hijos por toda la vida. Si defraudo a mi esposa, le falló a Dios.
Somos valientes:
Cuando dejamos entrar a Jesucristo en nuestro corazón.
Cuando perdonamos los errores de nuestro conyugue.
Cuando entregamos lo mejor de nosotros mismos.
Cuando estamos dispuestos a cumplirle a Dios.
Cuando dejamos entrar a Jesucristo en nuestro corazón.
Cuando perdonamos los errores de nuestro conyugue.
Cuando entregamos lo mejor de nosotros mismos.
Cuando estamos dispuestos a cumplirle a Dios.
Cuando por el amor divino nos esforzamos para que nuestro matrimonio sea feliz.
Cuando amamos en la tormenta, cuando aceptamos a nuestro conyugue tal como es...
Cuando aprendemos a vivir con nuestras diferencias y cuando nos postramos a orar para que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Cuando aprendemos a vivir con nuestras diferencias y cuando nos postramos a orar para que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas.
El matrimonio es para los valientes, para aquellos que tienen una fuente ilimitada de amor, a la cual yo llamo Dios.
Por Daniel Gómez
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