TRATE CON RESPETO A SU ESPOSO (A)


El respeto en el matrimonio es una parte de suma importancia, porque hace parte de los pilares que sostienen la relación. 

Compartir nuestra intimidad con alguien no significa que tenemos que olvidarnos del respeto; por algo los votos matrimoniales hacen referencia al respeto. "prometo amarla y respetarla...". Hay muchas maneras de irrespetar a nuestra pareja, y en ocasiones es tan socialmente aceptado que no nos damos ni cuenta de ello. Algunas formas en las que irrespetamos al esposo (a) son: 

Cuando hablo mal de mi pareja: esto es muy frecuente, nos solemos "quejar" con nuestros amigos y amigas de todo lo malo que percibimos de nuestra pareja. También los temas de conversación se tornan hacia los problemas y situaciones negativas que suceden en el matrimonio, buscando un consejo que quizá no sea el mejor. hay miles de casos donde el consejo de supuestos amigos han llevado al matrimonio a la separación. 

- Cuando llegas tarde a una cita: Es muy común tener citas con nuestra pareja, ya sea para ir al supermercado, al médico, a un restaurante o sencillamente a un evento determinado. La impuntualidad es una falta de respeto hacia el tiempo de tu pareja. Es natural entender que hay cosas que se nos salen de las manos, pero es que hay personas que creen que la pareja debe esperarles el tiempo que sea necesario. Procure llegar a tiempo a cada cita, además de ser un símbolo de respeto es un detalle bonito para con su amado (a). 

Cuando le gritamos: aprender a manejar el propio temperamento es vital para la buena salud matrimonial. 

Cuando las discusiones se presenten, eviten hablar molestos, esto disminuirá las probabilidades de que la falta de respeto haga presencia. Cuando le eres infiel: aunque parezca más que obvio hay mucha gente que no lo ve así. Son infieles por venganza, por aventura, porque lo consideran un derecho o porque la oportunidad se dio. La infidelidad es una herida profunda para el matrimonio, herida que cuando no lo mata, lo deja enfermo para toda la vida. 

- Cuando le exijo demasiado: cada uno de los esposos deben aportar a la manutención y a la sanidad matrimonial. Debemos valorar y agradecer a lo que nuestra pareja hace por nosotros, y entender que la exigencia desvirtúa a la pareja y la somete; esto no es un amor de verdad.

Por Daniel Gómez
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