DESCUBRIENDO A DIOS EN PAREJA

No es un secreto para nadie que la fe es un aliciente en muchos aspectos de nuestra vida, y más aún si nos referimos al matrimonio y a la perpetuidad del mismo. Los matrimonios que han logrado ser felices y perpetuos, generalmente tienen una relación íntima con Dios, conocen de él y pueden sentir el amor divino fluir en sus vidas.

Aunque muchos matrimonios se han formado sin tener a Dios en cuenta, han logrado ponerlo como pilar fundamental y conocer la felicidad que proporciona el hecho de estar casados. No se requiere de estudios teológicos avanzados o aprenderse la Biblia de memoria, sólo basta con abrir el corazón y dejar que Dios guíe nuestra vida. Estas son algunas recomendaciones para empezar a descubrir y conocer a Dios en nuestro matrimonio: 

- Acepten a Jesús como su salvador: Jesús es la verdad, el camino y la vida. A través de él llegamos a Dios. Por ello es necesario conocer de Cristo, su vida, sus enseñanzas y como tener una relación personal con él. 

- Oren juntos: La oración no requiere de una estructura determinada o de un elaborado manual para que sea escuchada por Dios. Se trata simplemente de una conversación con Dios. Pueden tomarse de las manos y hablar con Dios, darle las gracias, pedir perdón y hacer las peticiones necesarias. 

- Bendigan los alimentos: Esta práctica se ha perdido con el tiempo, pero más que practica es la gratitud hacia Dios lo que incita a dar las gracias por los alimentos. No importa el lugar, un restaurante, en casa de un amigo, en el trabajo... no dejen de bendecir los alimentos. En un mundo donde miles de personas mueren de hambre, ¿no creen que es una bendición divina tener alimentos para nuestro cuerpo?

- Leer la Biblia juntos: Una de las mejores maneras de conocer de Dios es alimentandonos de su palabra, por medio de la lectura de la Biblia. La historia de Jesús, de los profetas y de cada uno de los hombre escogidos por Dios, nos permiten conocer a nuestro creador y recibir sus promesas. 

- Asistan a alguna iglesia: En las iglesias podemos compartir y conocer aún más de la palabra de Dios. Si no asisten a ninguna, pero son colaboradores en alguna fundación o pertenecen algún movimiento que te permite conocer de Dios, servirle a los demás como Jesús vino a servir al mundo, esta bien, sigue orando a Dios para que cuando sea su voluntad les indique a que iglesia deben de asistir. Recuerden que el siempre desea lo mejor para nosotros y por lo tanto nos proporcionará un lugar donde podamos crecer espiritualmente y acercarnos más a él, hasta que estemos preparados para asistir a la iglesia donde el nos quiere sirviendo.
Por Daniel Gómez
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