INTELIGENCIA EMOCIONAL EN PAREJA



El término Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales de uno mismo y también de los demás. Inteligencia Emocional no significa ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. Desarrollar esta inteligencia como pareja, nos pemitirá construir un hogar de armonía y paz. 

Para aumentar la inteligencia emocional de nuestra relación de pareja, recomendamos que: 

Desarrolle más la empatía

La empatía no es otra cosa que “ponerse en los zapatos del otro”. Esta capacidad permite manejar las emociones de la pareja, entender y comprender los motivos de una determinada situación. En resumidas cuentas, es tratar a la pareja como deseamos que nos traten a nosotros. 

Aprenda a manejar situaciones 

En muchas ocasiones las emociones superan a la razón y decimos cosas que hieren a los demás. Antes de hablar hay que pensar. La inteligencia emocional nos dice que las respuestas que damos en situaciones de cólera no ayudan a la resolución del conflicto. Tome un respiro, cuente hasta diez y busque un lugar tranquilo para dialogar.


Acepte las críticas 

Existen las críticas positivas y negativas. No siempre que nuestra pareja nos critica, lo hace con la intención de destruirnos; por lo general, su ánimo se enfoca en querer ayudarnos a superar aquello que hacemos mal. Es importante aceptar las críticas de una buena manera y no generar conflictos por ello. 

Reconozca sus errores

No somos perfectos. Como seres humanos nos equivocamos, cometemos errores, y en muchas ocasiones nos cuesta reconocerlos; generalmente es una cuestión de orgullo. Muchas personas creen que reconocer un error es mostrar debilidad, pero la realidad es otra: al reconocer un error, abre la posibilidad al aprendizaje para no volver a caer en ellos. 

Sea más positivo (a)

A veces nos centramos en ver solo las cosas negativas de nuestra pareja, lo que evidentemente impide que encontremos soluciones eficientes a nuestros problemas. Debemos ver siempre lo positivo; rescatemos lo bueno y abandonemos lo malo.
Por Daniel Gómez. 
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